Fisioterapia del Suelo Pélvico
Las disfunciones del suelo pélvico o periné son algo muy frecuente en nuestra sociedad. Cada vez hay más información sobre el suelo pélvico y su patología, y tenemos mayor conciencia sobre la importancia de prevenir y tratar estas alteraciones.
Problemas como incontinencia urinaria o anal, caída o prolapsos de las vísceras pélvicas (vejiga, útero, recto), dolor perineal, estreñimiento, dispareunia o dolor en las relaciones sexuales… son patologías que desde la Fisioterapia Pelviperineal podemos evaluar y tratar, ayudando a mejorar la calidad de vida de la paciente.
Utilizamos diferentes técnicas, que no suponen ningún riesgo ni efectos adversos para la paciente. Pueden ser técnicas externas, o intracavitarias, previamente hablado y consensuado con la paciente, explicando el tratamiento de una manera clara y concreta y prestando la mayor privacidad y confianza por parte del fisioterapeuta.
- Terapia manual: liberación miofascial, estiramientos, movilizaciones, osteopatía, masaje perineal, trabajo de cadenas musculares…todo ello buscando reeducar presiones/tensiones abdominales, torácicas y pélvicas.
- Electroestimulación: a través de impulsos eléctricos totalmente indoloros, la paciente podrá tomar conciencia de la musculatura de su periné, mejorar la fuerza, bajar la hiperactividad de la vejiga y así las urgencias miccionales, y disminuir el dolor.
- Biofeedback: es un aparato que detecta la contracción de un determinado músculo, en este caso, la musculatura perineal, abdominal y pélvica, cuantificando cómo de fuerte es esa contracción y ayudando a su toma de conciencia y reeducación.
- Gimnasia Abdominal Hipopresiva y ejercicios específicos de fortalecimiento abdominal y perineal.
- Reeducación postural: es fundamental conseguir un equilibrio en la postura, donde la cabeza, el tórax y la pelvis encuentren su alineación correcta, evitando hiperpresiones abdominales y un mal reparto de estas presiones hacia el periné. Durante el embarazo, en el postparto o incluso fuera de estos momentos, puede haber vicios posturales mal adquiridos que provoquen o acentúen los problemas del suelo pélvico.
- Técnicas comportamentales: reeducaremos hábitos correctos de micción, defecación, recomendaciones nutricionales para evitar el estreñimiento…
Alteraciones del suelo pélvico:
- Incontinencia urinaria de esfurzo: es la pérdida involuntaria de orina a través de la uretra durante un esfuerzo o ejercicio, como la tos o el estornudo. Su causa puede ser la debilidad del suelo pélvico tras un parto, cambios en los tejidos por la menopausia, practicar deportes hiperpresivos, alteraciones posturales, cirugías abdominales o pélvicas…
- Incontinencia urinaria de urgencia: es la pérdida involuntaria de orina acompañada de una urgencia miccional, es decir, de un deseo repentino de orinar que no puede ser controlado con facilidad.
- Incontinencia mixta: es frecuente tener ambos tipos de incontinencia a la vez.
- Prolapsos: es la caída de los órganos pélvicos, cistocele (vejiga), histerocele (útero) o rectocele (recto). Hay diferentes grados dependiendo si el órgano cae más o menos dentro o fuera de la vagina. Será importante poder hacer una reeducación perineal para prevenir que estos órganos lleguen a los últimos grados de descenso, en los que pudiera ser inevitable una cirugía. Las causas pueden ser factores genéticos (calidad del tejido), o alteraciones en la musculatura y los ligamentos de sostén de las vísceras pélvicas, debido a los partos, alteraciones posturales, estreñimiento crónico, esfuerzos repetidos…
- Alteraciones en el tono muscular del periné:
- Hipotonía o disminución del tono muscular con la consecuente falta de sostén pélvico.
- Hipertonía o aumento del tono muscular, pudiendo provocar relaciones sexuales dolorosas o dificultar la salida del bebé en el parto.
- Dolor pélvico crónico: es dolor localizado en la pelvis, pudiendo llegar desde el diafragma torácico hasta las rodillas, de duración superior a 6 meses y engloba un amplio abanico de síntomas. Puede haber un componente psicosomático asociado (es muy importante trabajar de manera multidisciplinar para conseguir la mejora del paciente). Podemos ayudar con tratamientos físicos a través de la Fisioterapia si tras la valoración encontramos una causa como un atrapamiento del nervio pudendo, un síndrome de dolor miofascial con puntos gatillos miofasciales y dolores referidos…
- Disfunciones sexuales: dentro de este campo, los problemas suelen tener un origen no sólo físico, por lo que también será necesario abordarlo desde distintos puntos de vista (psicólogo, médico, sexólogo, fisioterapeuta…)Las disfunciones sexuales que podemos trabajar desde la fisioterapia son:
- La dispareunia, dolor en las relaciones sexuales. Frecuente tras cicatrices por episiotomía o cirugía vaginal, también por hipertonía, puntos gatillo miofascialesUn Punto Gatillo Miofascial es un punto altamente irritable de dolor exquisito en un nódulo, dentro de una banda tensa palpable de músculo. Es doloroso a la compresión, y también puede serlo a la contracción y al estiramiento del músculo en el que se aloja. Puede provocar un dolor referido, es decir, a distancia, y además provocar debilidad y/o acortamiento muscular.. Utilizaremos técnicas de masaje para la cicatriz, estiramientos, electroterapia.
- Vaginismo, contracción de los músculos que rodean la entrada de la vagina, impidiendo la penetración. Se harán ejercicios para desensibilizar los músculos de la entrada de la vagina, terapia manual…
- Anorgasmia, ausencia del orgasmo. La fisioterapia puede ser de gran ayuda reactivando y mejorando el control y la sensibilidad de todas las estructuras que participan en el acto sexual.
“En las disfunciones sexuales, sobre todo en el vaginismo y la anorgasmia, es fundamental el tratamiento multidisciplinar. La Fisioterapia será muy buen complemento, pero es imprescindible el ABORDAJE PSICOLÓGICO”
- Disfunciones anorectales: La incontinencia fecal o el estreñimiento son disfunciones del periné que pueden beneficiarse también de una correcta reeducación del suelo pélvico, fortaleciendo la musculatura, equilibrando las presiones intrabdominales y mejorando los hábitos correctos de defecación.